Por el corazón del pueblo de San Clemente

Dejando atrás Falda del Carmen aparece San Clemente, para deleitarnos con sus paisajes agrestes y su espíritu campestre. Por caminos de tierra y ripio, es común observar cómo pasan los lugareños a caballo o en sulky.

Este enclave supo ser posta del Camino Real y resguarda, a su vez, los vestigios de los pueblos originarios –comechingones y sanavirones– que habitaron la zona.

Más allá de su naturaleza

Sin duda, más allá de sus arroyos y ríos, que brindan refugio del calor, otro de sus íconos locales es la bellísima capilla Nuestra Señora de la Merced. Esta construcción única, que data del año 1947, se destaca por estar edificada en piedra.

Por último, la esencia del lugar se define por las fiestas gauchas y celebraciones patronales, las cuales le dan vida al pueblo en cada encuentro.

 

Crédito por foto de portada: Rodrigo Pereyra

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