Hacia un mar de sal

El espejo albo de sal

Al noroeste de la provincia de Córdoba, se encuentra uno de los salares más grandes del mundo, y hemos descubierto en este lugar tan inhóspito, la posibilidad de vivir una experiencia diferente a todas las caminatas en la zona serrana.

Nuestro recorrido comienza en la ciudad de Córdoba, y luego de tomar la ruta nacional 9 norte, pasando por icónicas ciudades tales como Jesús María, reconocida por el Festival Nacional de Doma y Folklore, y Colonia Caroya, famosa por sus salames artesanales y vinos locales de gran calidad, además, de tener ambas su historia relacionada con la orden Jesuítica de la Compañía de Jesús.

Nos dirigimos hacia el oeste, avizorando cada vez más los campos de cultivo, y luego de un par de horas, observaremos los bosques chaco-serrano, de características particulares con especies adaptadas a zonas con poco milimetraje de lluvias, los cardones, la palma Caranday, la brea con su particular color verde claro de su tronco, entre otros.

Una vez arribados a la zona de Lucio V. Mansilla o San José de las Salinas, comenzamos con nuestra actividad que, dependiendo de lo organizado, puede durar 1 o 2 jornadas, y nos metemos en el bosque chaco-serrano por sendero marcado, la vegetación a medida que nos acercamos al salar, se va haciendo arbustiva, y luego, casi en las playas de las salinas, solo sobreviven algunas especies que se adaptan a la salinidad del suelo, tales como los “jumes o jumecillo”, últimas que veremos mientras caminamos en el salar. Nuestro objetivo se encuentra dentro del salar, unas islas (especies de dunas) con algo de vegetación, lugar donde pasamos la noche en carpa.

Maravillosos atardeceres y amaneceres desde estos puntos, y si tenemos suerte… la salida de la luna!.

Para poder realizar esta actividad, además de cargar en nuestras mochilas lo habitual, debemos sumar una gran cantidad de agua, y éste es sin duda unos de los aprendizajes que nos llevamos, la importancia de la misma, no derrocharla ya que no tenemos donde recargar, pero a la vez no puede faltarnos para evitar la deshidratación, la vulnerabilidad de algunos sitios, y nos sentiremos como pequeñas hormigas en esa inmensidad cristalina y blanca.

La mejor temporada para realizar la visita, es otoño y comienzos de primavera, antes de que comiencen las lluvias y gran parte del salar se anegue.

Es ideal para personas que viajan solas, con amigos, familias con niños de 10 años para arriba, que no posean experiencia previa en la montaña, pero que cuenten con una preparación física adecuada y que puedan cargar mochilas con peso.

Al finalizar el trekking, realizamos una degustación de las comidas típicas locales, en Quilino uno de los clásicos “cabrito a la llama”, empanadas, y comidas para los diferentes gustos. También con opcional de pernoctar una noche en el hotel de Deán Funes con excelente ubicación.

Datos Técnicos

Punto de encuentro: Hotel (Turistas No residentes en Córdoba u otra localidad) o en la plaza Vélez Sarsfield (Residentes de Córdoba).

Tiempo aproximado: 1 o 2 jornadas.

Nivel de dificultad: Media/alta.

Público recomendado: Todo público.

Duración: 12 kilómetros en la salida de 1 jornada. 28 kilómetros en la salida de 2 jornadas.

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Ubicación & Horarios

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