Quedarse quieto en esta región es casi imposible ya que hay “de todo” para hacer. ¿Un consejo? No se vaya de aquí sin antes hacer una cabalgata por el paraje Santa Mónica, entre algarrobos, chañares y espinillos. Estas travesías se pueden realizar en cualquier época del año reservando con un día de anticipación.
En tanto, los que prefieran hacer trekking, con guía habilitado se puede llegar a la Reserva Natural de la Cascada para avistar fauna autóctona y encontrar, finalmente, un salto de agua de unos 6 metros que desemboca en una olla de aguas cristalinas. Sale de la Oficina de Turismo y es gratuita.
De manera autoguiada, es posible emprender una caminata o, bien ir en bici hacia el Calicanto Jesuita, por tramos de senderos angostos y con una tupida vegetación que ofrece mucha sombra a lo largo del recorrido. ¿Qué lo hace tan especial? Este puente acueducto formó parte de un sistema hidráulico utilizado para el riego de las huertas de la Estancia Jesuítica de San Ignacio de los Santos del siglo XVIII y es uno de los puntos ineludibles a la hora de visitar Santa Rosa.
A pie, también se pueden descubrir los establecimientos de productores regionales que ofrecen miel artesanal, aromatizadores naturales y pastelería casera, por nombrar algunos ejemplos.
Por la zona: Circuitos históricos y culturales en Santa Rosa de Calamuchita
