Córdoba es un paraíso de opciones para disfrutar y descubrir, a través del paladar, la identidad cultural de su pueblo. Nuestra provincia abre sus puertas a los turistas para que descubran su potencial y patrimonio gastronómico, para que saboreen los productos de estas tierras, para que conozcan los ciclos productivos y valoren las tradiciones locales y el amor depositado en la elaboración de cada alimento.
Los turistas que visitan Córdoba podrán disfrutar de las especialidades gastronómicas que distinguen a nuestra provincia. Degustar platos típicos y productos locales en restaurantes, así como también adquirir esos productos e ingredientes en comercios especializados en este tipo de ventas es una alternativa muy especial para conocer la Córdoba auténtica.
Para organizar sus rutas gastronómicas, Córdoba ha partido de la base de considerar a los alimentos regionales como parte importante de su patrimonio cultural, ya que el consumo de alimentos es siempre un hecho cultural y cuando éste se produce durante periodos de vacaciones, se transforma en un componente nostálgico que muchas veces perdura en nuestros recuerdos para siempre. Por lo tanto, la combinación del turismo con la gastronomía, ofrece la oportunidad de adherir mayor valor a los productos y producciones regionales.
La provincia de Córdoba es atravesada por sus sabores y aromas a todo nivel. Numerosas fiestas y festivales basan sus celebraciones en productos alimenticios y conciben a la cocina como esencia de las manifestaciones culturales.
Entre las diferentes experiencias relacionadas a la gastronomía, Córdoba ofrece a sus turistas la posibilidad de:
• Disfrutar de la variada oferta gastronómica en un entorno paisajístico inigualable, que puede estar dominado por la naturaleza (sierras, valles y ríos) o por el cautivante contexto urbano.
• Tomar clases de cocina y formación especializada
• Visitar productores locales (bodegas, fábricas de cerveza, chacinados, elaboradores de queso, de aceites, chocolates, entre muchos otros)
• Comprar libros de cocina con recetas locales.
• Degustar y comprar alimentos y bebidas
• Participar de festivales y fiestas populares
• Visitar poblados con encanto gastronómico y natural
• Participar en muestras, museos, ferias y mercados de productos agroalimentarios locales.
