Copacabana

Pueblo de artesanos, conjuga sus paisajes de areniscas rojizas con su río homónimo, una capilla emblemática y el legado de los pueblos originarios, un combo imperdible en el noroeste cordobés.

Entre palmas de Caranday y animales de campo, Copacabana es uno de los rincones más agrestes y sencillos de Ishilín, a 45 kilómetros de Deán Funes.

De noches frescas y de días a puro sol, combina sus costumbres y tradiciones legendarias con las huellas de los pueblos originarios y la guía religiosa de la Virgen de La Candelaria.

Un tesoro cordobés

Si la idea es conocer Copacabana, no hay mejor alternativa que hacerlo junto a los lugareños. Con no más de 300 habitantes, esta región es para conocer entre diversos atractivos naturales e históricos.

Uno de ellos es el río homónimo que atraviesa diversos paisajes de areniscas rojizas y violáceas, y rincones marcados por los primeros pobladores. Se observan morteros, aleros y cuevas con pictografías que son toda una reliquia prehispánica. Además, es posible escuchar los relatos sobre las leyendas y mitos que resguarda la región.

Porción de bosque chaqueño serrano, alberga quebrachos colorados, molles, manzanos de campo y otras especies herbáceas y medicinales, como el Incayuyo, la Pasionaria y el Ajenjo. En ella sobrevuelan zorzales, loros calancate y benteveos, entre otras aves.

Legado colonial

Inmersa en este paisaje, aparece la Iglesia Nuestra Señora de Copacabana, que data de 1812, creada por Nicolás Cabrera. Se encuentra cercana a un antiguo cementerio y dentro de la Estancia Copacabana. La fiesta patronal es el 2 de febrero, evento en el que se realiza una procesión y luego un desfile de gauchos, todo un hito para la comunidad.

El arte en las manos

En la zona, junto con la producción caprina, el tejido con palma de Caranday es el principal oficio de artesanos y campesinos, transmitido de generación en generación. Por aquí, es posible conocer de qué se trata este arte tan particular y son múltiples los productos que se pueden adquirir para contribuir con la economía regional. Esta visita es una de las experiencias de la Red Argentina de Turismo Comunitario que impulsa el Ministerio de Turismo de la Nación.

Más información

Cómo llegar: se encuentra a 137 kilómetros de Córdoba Capital. Se puede ir desde la ruta 60, hasta Deán Funes y de allí, a la izquierda, por unos 50 kilómetros. Otra alternativa es por la ruta 38, pasando Charbonier. Antes de llegar al paraje de Las Lajas, se debe doblar a la derecha y transitar unos 26 kilómetros.

Dónde hospedarse: en la zona de Ischilín hay un hotel y un hospedaje para alojarse.

Gastronomía: el cabrito regional, los dulces caseros, conservas y diversos platos de la cocina criolla son sus imperdibles.

Crédito por fotografías: Myriam Mathieu

Qué hacer

A la orilla del río homónimo se encuentra la capilla Nuestra Señora de Copabana, una parada obligatoria. Se suma la visita a los hogares de lugareños que enseñan el arte del tejido con palma Caranday. Se pueden hacer caminatas para conocer cuevas y aleros con pictografías de los primeros pobladores.

Ubicación

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