- Se trata de un exquisito santuario que comenzó a construirse en 1650 y que se finalizó en 1668. Originalmente, fue parte del hall principal de la iglesia que funcionaba allí.
En el año 1606 ya estaban construidas las habitaciones y una pequeña capilla para reemplazar la ermita.
Como característica arquitectónica, muestra un techo increíble, armado con gruesas cañas tacuaras y recubierto con cueros de vaca posteriormente pintados.
Otra característica para destacar es su particular retablo, construido por el arquitecto italiano Brassanelli, en el que los artistas indígenas han puesto su sello inconfundible.
Manuel Cabrera, nieto del fundador de la ciudad de Córdoba, donó lo necesario para llevar a cabo esta gigantesca obra.
- Pasillos dentro de la Manzana
Hay dudas sobre el inicio de la construcción del templo, que para algunos se remonta hasta un siglo antes de la construcción de las estancias cordobesas. Para ir cotejando esto, hay en el lugar varias de las piedras vulgarmente llamadas “sapos” (esteatitas), que contienen las fechas de las distintas etapas de construcción.