Villa Tulumba

Refugio del pasado colonial del norte cordobés, Villa Tulumba es imperdible entre sus hitos religiosos, su naturaleza agreste y sus emblemas citadinos sobre el antiguo Camino Real.

Entre callecitas empedradas, farolas añejas y antiguas casonas del siglo XVIII y XIX, Villa Tulumba es un “museo a cielo abierto” detenido en el tiempo, recorrer sus calles es un pasaporte al pasado reflejando la época de las colonias. Se trata de uno de los pueblos más antiguos de Córdoba, que nos da la sensación de haberse detenido en el tiempo. Tiene sus orígenes en antiguas estancias concedidas como merced a los primeros conquistadores españoles.

Representó un centro neurálgico para lo que fue “El Camino Real”, una vía que cumplía la función de unir localidades, poblaciones, estancias y postas, en los cuales se producía intercambio de productos y servicios como el correo.

En el corazón del casco histórico las Cuatro Esquinas, uno de los puntos más pintorescos, tanto que sirvió de inspiración para las obras de múltiples artistas, es imposible no pararse un momento e imaginar el paso de carretas y caballos, o las damas y caballeros vestidos de época, para luego continuar por la Calle Real hasta  la casa de la familia Reynafé, una de las más influyentes del país. 

No se puede quedar fuera la  exquisita gastronomía, las colaciones caseras, las empanadas de hojaldre y el chivito asado,  los favoritos de los turistas y los locales.

Tulumba, inigualable, imperdible de visitar, solo será cuestión de llegar, parar, observar y enamorarte.

Cómo llegar

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