Con paisajes característicos de las Sierras Chicas, Agua de Oro resguarda rincones naturales que regalan postales únicas. Para disfrutarlos por completo, una opción aleatoria es comenzar a dar un paseo por la costanera del río homónimo, también conocido como Chavacaste. Ubicados en el área céntrica, los márgenes de este curso de agua permiten recorridos bajo arboledas y entre playas de arena.
Será una buena idea comenzar en el límite con Villa Cerro Azul y continuar por el camino delineado a la vera de diversas ollas de agua. Las panorámicas son increíbles y, a la hora de detener la marcha, los sitios de descanso son numerosos. Por su parte, para los que deseen tiempo libre en movimiento, se pueden improvisar juegos y la práctica de deportes.
Otra opción inevitable es la propuesta que ofrece el Balneario Natural Cartagena. Con sus ollas naturales de El Cajón y Cartagena, a unos 400 y 600 metros aparece el nacimiento del río Agua de Oro, y es por esta zona donde existe una hermosa cascada natural. ¿Un plus? Más adelante, se encuentra el pozo Cartagena, sumergido en un paraíso de piedras grisáceas y rojizas que se complementa con grandes arbustos verdes.
Un pulmón verde
Otros de los puntos para agendar en este enclave serrano es la Reserva Urbano-ambiental. En su interior confluyen diversas especies de flora y fauna autóctona, al tiempo que se encuentra a escasos minutos de un centro comercial. En síntesis, se trata de un lugar imperdible para pasar una jornada entre diversas actividades, procurando el relax total.