Sobrevolando los volcanes de Pocho

En la altura las distancias se acortan, el mundo se engrandece y la belleza se expone. Nos espera una aventura imperdible en parapente por el noroeste cordobés.

Las sierras lejanas de Córdoba

El paisaje es el presente de un pasado. Esto particularmente notable en el noroeste de Córdoba, que alberga una geografía particular que se contrasta notablemente con la de otras regiones de la provincia. Basta con detener la mirada en una pampa y ver estos triángulos perfectos que se parecen a pirámides naturales, o ver cómo las palmeras se despliegan predominantes sobre un terreno que alguna vez estuvo más animado.

Nada de esto surgió de la nada. Muchas de las Sierras son conocidas como volcanes extintos que estuvieron activos hace 4 y 7 millones de años. Entre ellos, podemos ver al Volcán Ciénaga o Boroa, el Poca, el Agua de la Cumbre, el Yerba Buena (el más alto) y al volcán Véliz.

Lo cierto es que la toponimia de los volcanes pertenece a una invención colectiva, propia de los habitantes. Los últimos estudios hechos por investigadores de la UNC determinaron que toda la región supo ser una gran caldera volcánica. Lo que hoy conocemos como volcánes en realidad son domos que se formaron por la acumulación de lava, erosionados hasta adquirir la geoforma triangular respectiva.

Algunos habitantes viven dentro de las sierras, en pequeños parajes. Ellos son testigos de las sombras que generan las palmeras caranday, típicas de la zona y del suelo, poco erosionado por turistas. Algunos de esas comunas son, Taninga, Talaini, Salsacate, Cañada de Salas, La Mudana y Las Palmas.

El turismo está relegado por la falta de conexión de rutas, pero a medida que el asfalto va llegando, cientos de cordobeses se animan a conocer uno de los paisajes más increíbles que tiene la provincia. Pocho es una zona que posee un potencial de turismo y naturaleza sorprendente.

En primera persona

En busca de un panorama distinto en la región, algunos viajeros y amantes de la adrenalina se atreven a subir a los paratrike  –parapente con motor– y sobrevolar la zona. Esa travesía arranca en Taninga y finaliza en Chancaní, de tal forma que podamos ver absolutamente todos los volcanes desde el aire.

En cuanto comenzamos, observamos al este y oeste de las Sierras Grandes una gran llanura de bosque nativo. En medio de los volcanes, desde arriba, vemos como los caminos zigzaguean por las montañas. A lo lejos, la Laguna de Pocho traza una mancha sobre la pampa. El río Cachimayo o salado proviene del humedal y atraviesa la ruta asfaltada hacia los túneles.

Mientras que el viento generado por el parapente seca el rostro, se observa a lo lejos la iglesia de 300 años, Nuestra Señora del Rosario de las Palmas, el vestigio jesuita de la región.

Las Sierras de Pocho ofrecen un paisaje distante de la capital que vale la pena conocer, por su belleza paisajística y su importante riqueza natural. A su vez, la región es famosa por sus sabores gastronómicos y por la elaboración artesanal, por ejemplo, de cestos con hojas de palma.

La experiencia desde la altura confirma que la provincia esconde rincones de gran potencial turístico y patrimonio natural.

Cómo llegar

  • Desde Córdoba son 231 kilómetros. Tomar el camino de las Altas Cumbres por Ruta Provincial 34 hasta llegar a Mina Clavero y luego dirigirse hacia Taninga, atravesando Cura Brochero y Panaholma.
  • Por ruta 38 hay 256 kilómetros. Entrar por la localidad de Villa de Soto, luego tomar ruta Provincial 15, la cual pasa por La higuera, San Carlos Minas, Salsacate y Taninga.
  • La otra opción es por la Ruta Provincial 28, Camino a los gigantes, por un camino de ripio que se puede dificultar dependiendo las condiciones climáticas. Suma una distancia total de 170 kilómetros.

Ubicación & Horarios

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