La experiencia cautivante de volar

Emociones extraordinarias de volar en la aeronave más antigua

En 1873 los hermanos Montgolfier en Francia, lograron realizar el primer vuelo tripulado en un globo de aire caliente o mongolfiera.

El pasajero podrá experimentar el llenado del globo con aire caliente, participar del proceso, para luego subir a la canasta y comenzar a vivenciar el vuelo. El despegue es muy suave y tranquilo, el globo gana altura de forma progresiva, sin movimientos bruscos, la barquilla es totalmente estable. El paisaje se vuelve mágico y el mundo de siempre nos muestra una cara diferente.

El piloto irá subiendo o bajando en busca de las corrientes de aire más favorables. El globo no tiene ni volante ni timón, y a pesar de todo, el piloto sabrá aprovechar el viento reinante para ofrecer un vuelo entretenido y variado. Indudablemente la vista será el principal de los sentidos que se llenará de estímulos durante el vuelo. Cada estación del año nos ofrecerá unos colores y matices del paisaje, e incluso del cielo y las nubes.

A intervalos regulares escucharemos el rugido inconfundible de los quemadores, pero entre ellos reinará el silencio. Tanto que en ocasiones se pueden escuchar conversaciones en tierra a cientos de metros bajo nosotros, o también los cantos de los pájaros y otros sonidos de la fauna local. Es curioso pero también podremos oler la hierba húmeda, las flores en primavera, e incluso los aromas de las comidas que se preparan en casas y restaurantes bajo nosotros. Todos nuestros sentidos están alerta ante esta nueva experiencia, y tal vez sea el tacto el menos activo de los sentidos. La barquilla es muy cómoda y en ella disponemos de suficiente espacio para todos.

El lugar de aterrizaje es todavía una incógnita y un momento divertido y emocionante. Los pasajeros que lo deseen pueden ayudar a recoger el globo, tocarlo y aprovechar para preguntar por todos los detalles. Viajar en globo no es una experiencia de adrenalina, sino todo lo contrario. Entre las percepciones de volar en globo, experimentaremos paz, tranquilidad y relax. Nuestros músculos se relajarán, nuestra mente se tranquilizará, nos sentiremos cómodos con esta experiencia que nos permitirá sentir la libertad de volar, de poder ver todo desde otro punto de vista, de sentir el aire en tu cara. Sin dudas una experiencia única.

Equipo necesario:

Calzado Deportivo acordonado con media, protector solar adecuado a tu tipo de piel, ropa cómoda de algodón, gorra, crema hidratante y abrigo.

Datos Técnicos

Punto de encuentro: Plaza San Martin, ciudad de Córdoba.

Tiempo aproximado: Medio día.

Dificultad: Baja.

Público recomendado: De 10 a 75 años (en buena condición física).

Distancia: 40 km (sólo de ida).

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