Una experiencias de sensaciones vibrantes
Saliendo desde Córdoba capital, transitamos el Valle de Punilla y atravesamos las Altas Cumbres, hasta llegar a la fantástica y majestuosa Quebrada del Batán.
Esta quebrada se encuentra al límite del Parque Nacional Argentino Quebrada del Condorito, siendo un hábitat ideal para los cóndores andinos. En el ocaso de la tarde, se pueden observar los emblemáticos vuelos de estas aves rapaces cuando regresan en bandada a sus nidos, uno de los hechos naturales más llamativos y únicos en la provincia de Córdoba. 
En esta quebrada, se encuentran algunos remanentes de bosque autóctono, caracterizado por ejemplares de tabaquillos de gran porte y numerosas cascadas, entre la que se destaca la cascada del Batán, por su increíble circuito de ollas, saltos de agua y cuevas, conveniente para la actividad de “canyoning»: rapel por cascadas.
La cascada escondida del Batán está ubicada en la cabecera de la quebrada homónima. El salto de agua, oculto entre cajones de granito, cae dentro de una enorme caverna tallada por el agua durante miles de años, conformando en la base una olla de agua cristalina.
Para llegar a ella hay que caminar en dirección ascendente y paralela a la ruta, río arriba, unos 150 metros, hasta encontrar la boca de la cascada escondida, que cuenta con una altura de 25 metros.
Una vez llegados a la cabecera de la cascada, se comienza a preparar todo el equipo (arnés, cascos, cuerda), y mediante una charla explicativa e informativa se instruye a cada participante. Listos los equipos, ya no hay que esperar más para comenzar el rapel por el salto de agua.
Con un instructor guiando desde la cabecera de la cascada, la persona va descendiendo por gravedad mediante el deslizamiento por una cuerda enlazada al cuerpo, atravesando el salto de agua y sus paredes rocosas, teniendo sus pies como sostén de apoyo, lentamente, hasta llegar a la base, donde otro instructor la espera. Solo en casos de niños o personas que no hayan tomado el valor de hacerlo por sí solas, el descenso se realiza con un instructor.
Una experiencia única donde el latido del corazón se va acelerando segundo a segundo, tras el descenso y salpicadura de agua que invade el rostro, pero colma de goce la vivencia… Antes y durante la aventura, se asesora, se muestra, se enseña y se cuida a cada uno. Toda la actividad es dirigida y supervisada por instructores altamente calificados, con equipos homologados, y se trabaja con los más altos estándares de calidad y normas de seguridad, para que cada participante se sienta cómodos y tranquilos.
Es importante destacar que este tipo de canyoning es apto para todo público y no requiere de ninguna condición física especial, ni saber nadar. Las ganas de atreverse son lo único necesario. 
Relatando su experiencia, Viviana asegura: “sentirse sostenido en altura en medio de agua fresca y cristalina no tiene precio, más cuando el recorrido finaliza en una gran olla dentro de una caverna».
Más información
Punto de encuentro: Plaza de la Intendencia, Duarte Quirós esq. La Cañada.
Tiempo aproximado: todo el día (4 horas en ruta ida y vuelta).
Dificultad: baja.
Público recomendado: para todo público.
Distancia: 1,5 km (ida y vuelta).
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