Este reservorio de agua ubicado a muy pocos kilómetros de Capilla del Monte, es un atractivo turístico imperdible. Espejo de agua bellísimo, desde la cima del Cerro Uritorco puede observárselo en su esplendor: parte de una presa en forma de arco con doble curvatura, tiene una altura de 39 metros y posee un volumen máximo de agua de embalse de 11,8 hm³.
El dique se construyó entre los años 1987 y 1993, con el objetivo de proveer de agua potable para el dispendio humano, optimizar el sistema de riego de la localidad de San Marcos Sierras, y para paliar las crecidas del río Dolores, además de contemplar el aspecto recreacional.
Cuenta con un gran paredón de contención, el Club de Pesca, la casa del actor Enrique Muiño, la Casa de Recursos Hídricos, vertederos, el Camino del Perilago, Playa Grande y el Balneario Águila Blanca. Este lago artificial es un sitio ideal para la pesca de pejerrey y carpa, y para la práctica de windsurf, canotaje y vela; lo que no está permitido es el uso de transportes que tengan motores a nafta o cualquier tipo de líquidos inflamables.
Adentrarse en la historia: los originarios habitantes, antes de la conquista española, fueron los nativos Comechingones, precursores de una rica y extensa cultura. Eruditos que vivían en amplias tribus (cuevas) dirigidos por un líder. Hoy se puede observar, en gran parte de la localidad, vestigios del arte rupestre que esta sociedad nos legó.
En 1585, las tierras donde está ubicada Capilla del Monte fueron donadas a Doña Lucía Jaimes y a sus 4 hermanos. Luego, el Sr. Doering, descendiente de la familia Jaimes, comenzó la labor que lo identificaría como el primer urbanizador de lo que hoy es uno de los pueblos más lindos del Valle de Punilla. Con la llegada del ferrocarril, la fisonomía del antiguo poblado se modificó, y surgieron hoteles de gran envergadura que lo llevaron a ser un importante centro veraniego. Para la década de los sesenta, bajo un amplio interés de los habitantes, comenzó a gestarse la construcción del Dique el Cajón, hoy un trascendental reservorio de agua y un atractivo turístico de belleza sin igual.
La fauna del lugar: las especies aviarias son de las más diversas y coloridas dentro del hábitat del dique. Con atención y en silencio, se puede observar diversas aves autóctonas, como el 7 colores o naranjero de 17 cm, un pájaro típico del monte serrano y chaqueño. Sabe andar en jardines comunes y grandes parques. La hembra tiene el dorso marrón olivácea y un ventral de color ocre. El macho posee el ventral amarrillo, rabadilla y pecho anaranjado, la cola negra, de cabeza azul y el dorso negro.
También es visible el picaflor común, que mide 8 centímetros y se lo visualiza en diferentes ambientes. Es habitual verlo en las estaciones de otoño, primavera y verano. La hembra se caracteriza por las manchas blancas detrás de los ojos y el ventral albo. El macho, de pico anaranjado y la punta negra, el dorso y ventral verde brillante, la garganta y la cola son azules.
El Rey del bosque es otra de las frecuentes aves que aparecen en los montes y quebradas serranas. Se encuentran en peligro de extinción por su captura para la comercialización clandestina e ilegal. Tiene unos 20 cm de largo. La hembra tiene la cabeza y el dorso amarronado, y el pecho con manchitas oscuras. El macho, por su parte, es de cabeza, pecho y dorso negro, ventral amarrillo y pico grueso, con manchitas blancas en sus alas.
Además de observar la naturaleza, puede recorrerse el camino del Perilago, visitar la tradicional pirámide (foto) y, en la entrada al paredón, el puesto de artesanías y productos regionales.
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