Copina: inmensidad y disfrute en invierno

En menos de lo que me lleva cada dia ir y volver a la oficina, ya estoy a más de 1400mts sobre el mar. Recorrí 70kms desde Córdoba Capital y llegué a Copina. El viento contra la cara anticipa lo que será una de las panorámicas más lindas que puede ofrecernos la zona de Sierras Grandes.

Inmensidad. La naturaleza me abraza tanto como esperé en tiempos de pandemia.

La vista busca y ubica rápidamente esos lugares familiares que la cima permite ubicar: Valle de Punilla, la ciudad de Villa Carlos Paz y el lago San Roque. Y por allá se ve también en el extremo norte de las Sierras Chicas, el cerro Uritorco y el Pan de Azúcar.

Créditos: Romina Marti

 

Los más antiguos lugareños me cuentan que la historia grande empezó allá por 1913, cuando una de las más importantes obras de infraestructura cambió el paisaje. Los Puentes Colgantes, pasarelas que se elevan en lo alto, formaban parte de la antigua Ruta Provincial 14 y hoy se mantienen en pie como un perfecto escenario para fotos por doquier.

Créditos: Romina Marti

La suma de los paisajes con el parador El Cóndor-Copina, la Pampa de Achala, los valles y los caminos sinuosos son el combo mejor pensado para conductores aventurados.

Un chocolate caliente con pan casero siguen dando pie a la charla que por ahora trata de adivinar cuándo el cielo dejará caer la nieve que cada invierno tiñe de blanco Copina.

Acá el invierno siempre es disfrute.

 

 

 

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