Detener el tiempo aquí parece posible. Volver a sentir a cada paso, sin prisa. En Cañada del Río Pinto los días transcurren sin estar atados al reloj.
A poco más de 80km. de Córdoba, este pueblo rural adornado por chañares, nos recibe con un sol apacible que anuncia un día amable para estar al aire libre.
Paisaje tradicional del norte cordobés, marcado por un Río Pinto amplio en verano y tímido en invierno, Cañada conserva la calidez de la gente que se conoce desde hace años.
Aquí no hay bocinazos, ni fila para hacer compras. Acá la gente te saluda aunque sepa que eres visitante, te hace sentir la calidez de la alegría al recibirte.
Bajamos las bicicletas y emprendimos camino, el río nos marca dónde ir. Como en tantos lugares, el curso de agua que atraviesa el pueblo ha marcado su ritmo y actividades. Galpones de ladrillo colorado donde se acopiaba tabaco son parte del paisaje.
Nuestro paseo es eso simplemente, un recorrido por el paisaje. Pero para quienes gustan del montain bike competitivo, el Desafío del Río Pinto que se corre cada año en La Cumbre, es cita obligada. Actualmente es la carrera de su tipo más convocante de América.
Lugareños a caballo nos regalan su compañía a la vuelta y la charla nos da el dato preciado: Bar y Pulpería La Esquina.
Allí fuimos por una merienda post bicicleteada y algunos regalos. Las historias que aquí se cuentan del norte cordobés, joya del folclore, tejen la identidad del lugar.
Tortilla caliente para acompañar el café con leche, y ademas nos llevamos unos buenos zapallos en almíbar para regalar. La Esquina, lugar tradicional y carta de presentación de Cañada de Río Pinto.
Cañada del Río Pinto es la mejor opción para apreciar el valor del tiempo. Del instante que no se repetirá. Acá es más fácil disfrutarlo porque Cañada tiene un superpoder: detener el reloj y poner en marcha el disfrute de uno de los más lindos paisajes del norte cordobés.
